Alrededor de 1930 las instalaciones salineras dejaron de ser rentables, quedando improductivas y sin mantenimiento extensas superficies inundables que se abastecían de una entrada natural de agua y peces. Y es así como salineros gaditanos y onubenses a mediados de los años 70 empiezan a considerar seriamente la reconversión de estos espacios en explotaciones acuícolas. Estas zonas comenzaron a ser utilizadas como improvisados estanques de cría de varias especies de interés comercial, lo que originó el desarrollo de la acuicultura en las salinas y permitiendo los avances tecnológicos que a mediados de los años 80 la actividad se extendiera por todo el litoral suratlántico.
Posteriormente, en los años 90 comenzaron los primeros cultivos en viveros de mar -llamados también jaulas- en la zona de Algeciras, hoy extendidos ya por todo el mediterráneo.