En Andalucía, un gran porcentaje de las explotaciones se encuentran ubicadas en espacios naturales protegidos y la actividad se realiza de una forma perfectamente compatible con el entorno que las rodea y siguiendo las estrictas normas a las que está sujeta.
Además, la actividad acuícola que se desarrolla en Andalucía contribuye a:
Promover el desarrollo económico con el mínimo impacto ambiental.
Favorecer la conservación de espacios naturales y de la biodiversidad.
Aportar alimentos ricos en proteínas, aceites, vitaminas y minerales; básicos para una dieta saludable.
Ofrecer más oportunidades de empleo, tanto directos como indirectos.
Favorecer la seguridad alimentaria y, por tanto, la salud de las personas al proporcionar alimentos que han sido controlados a lo largo de todo su ciclo productivo.